Brahim rescata al campeón

El Milan espantó la sorpresa en la primera jornada de la Serie A ante un más que beligerante Udinese (4-2) gracias, en parte, a la gran actuación del español Brahim Díaz, que cerró su partido con un gol y una asistencia.

Comenzó el campeón la defensa del título en casa, en un San Siro lleno hasta la bandera de aficionados ilusionados con este proyecto y dispuestos a disfrutar del primer encuentro de la Serie A. Lo que prometía ser una fiesta para los milaneses, una confirmación de una gran pretemporada, rápidamente se tornó en una pesadilla.

Saltó Udinese muy activo y Stefano Pioli, técnico ‘rossonero’, resopló preocupado cuando antes del primer minuto su equipo había concedido un córner. Sirvió el español Gerard Deulofeu un balón medido al primer palo, cerrado y tenso, donde emergió la figura del brasileño Becao, poderoso, para peinar y desviar el balón al fondo de las mallas. El silencio se apoderó de un San Siro que vio cómo en un minuto se le ponía el partido en contra.

El Milan se vio contra las cuerdas a las primeras de cambio, pero sacó la madurez colectiva que le caracterizó la pasada campaña para reaccionar. Esta vez de la mano de un Brahim Díaz que dejó una gran actuación individual, con un disparo cruzado en el minuto cinco que repelió el meta visitante, eso sí, dejando el rechace a merced de Calabria en el área pequeña. El lateral no acertó a rematar, pero Soppy se llevó por delante al capitán ‘rossonero’ y el árbitro, VAR mediante, señaló la pena máxima.

Theo Hernández tiró de galones y asumió la responsabilidad desde los once metros. El francés engañó al italiano Silvestri y puso el empate a uno para que San Siro respirara de nuevo. Inicio más que agitado para el Milan, que cogió los mandos del partido tras el penalti y completó la remontada en el minuto quince con un gol de Rebic a centro de Calabria.

Se puso el partido de cara para los locales, que mandaban en el marcador y en el juego. Pero sobre la bocina, en el último minuto del descuento, el marroquí Adam Masina se aprovechó de la endeblez defensiva del brasileño Junior Messias para empatar el partido con un testarazo: 2-2. Comenzaba un nuevo partido para la segunda mitad.

Y si en el primer tiempo arrancó con fuerza Udinese, esta vez lo hizo el Milan, buscando la arrancada de Theo por el carril izquierdo. El galo sacó un centro un poco pasado que la defensa visitante no acertó a despejar y que aprovechó Brahim, el más listo de la clase, para poner en ventaja a los suyos en el primer minuto del segundo acto.

No se detuvo ahí el malagueño, que siguió presionando, pidiendo el balón entre líneas y filtrando buenos balones antes de completar su espectacular inicio de campaña con una asistencia para que Rebic rubricase su doblete y cerrase el partido definitivamente. Ambos protagonistas fueron sustituidos, dejando paso al belga De Ketelaere y al francés Giroud, respectivamente.

Durmió el partido el Milan con posesión y aprovechó los espacios que dejó Udinese, volcado en busca de un gol que les volviese a meter en el encuentro, para atacar por las bandas. Terminó el partido y celebró San Siro la accidentada victoria en la que Brahim fue clave.

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