EDITORIAL: “Cambiar toda la estructura de los poderes de Estado, para tener un buen país”
La efervescencia política en Honduras, cada vez se vuelve más activa, a medida que las elecciones generales se acercan. Para variar, el tema político en Honduras acapara la atención de la ciudadanía, en ver quien es el que va a ganar en la próxima contienda electoral, y gobernará al país en los próximos cuatro años.
Muchos solo ven el color político de su partido, sin importar que tipo de propuestas tiene el candidato, al final, todo es como un partido de fútbol, una competencia por ver quien es el que va a ganar y perder, y el que triunfa, tiene asegurado su bolsillo del dinero del pueblo.
Sea quien llegue a la presidencia de la República, no va a cambiar todos los problemas que enfrentamos, porque los políticos son lo mismo de siempre, engañan a la ciudadanía con propuestas vacías, que no convencen a la mayoría del electorado.
Para que Honduras tenga un giro de 180 grados, en cuanto a resolver los innumerables problemas sociales, se tiene que cambiar toda una estructura que ha estado corrupta por muchas décadas. No es con solo un presidente, debe haber cambios en todo el aparato que rigen los tres poderes del Estado; Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Es de saber que, en estos poderes que no son independientes, tienen en sus filas a gente que practica la corrupción. Un Congreso Nacional donde sus diputados pregonan la honradez, pero por otro y a escondidas, cometen actos ilegales. Una Corte Suprema de Justicia, que favorece con su “justicia” a grupos de poder, y una presidencia que se cree el rey de Honduras, dilapidando las arcas estatales.
El político hondureño, lamentablemente, por honesto que parezca, no tiene la conciencia, capacidad, coraje, para gobernar el país. ¿Y esto que quiere decir? Que el pueblo hondureño estará por mucho tiempo sin ver que se resuelvan los problemas sociales, que agobian a casi toda la población, hasta que salga una nueva generación de buenos hondureños.