EDITORIAL: Crece el endeudamiento gubernamental
Honduras es un país subdesarrollado que durante mucho tiempo, o gran parte de su vida política, ha tenido que recurrir a organismos internacionales de crédito para satisfacer necesidades que la sociedad requiere para vivir mejor. Nunca hay una propuesta clara por parte de los gobernantes de turno en reducir el endeudamiento, tanto interno como externo, y de esa manera evitar que el país se vaya a la ruina.
La deuda interna y externa actual, es la más grande en la historia de Honduras, y aún así, el mandatario de la República, no muestra ningún interés de parar el gasto excesivo. Los burócratas no trabajan desde casa por no tener acceso a plataformas digitales, como lo tiene la empresa privada. De esa forma, prácticamente les regalan el dinero a estos empleados. El Gobierno Ni siquiera ha suspendido trabajadores.
El Ministerio de Trabajo, está desactualizado con una sobrecarga de requerimientos, y apoyados a una ley del siglo pasado, totalmente en desacuerdo con la nueva inversión, y de esa manera, atrasan más a la nación. Al parecer las cosas en lo interno del gobierno, no funcionan bien, en lo que sería una medida de controlar el gasto en sueldos.
Aún y con estos problemas, el presidente y sus allegados están engañados, pensando que por gastar millones en publicidad en medios tradicionales y redes, son populares y exitosos, cuando su fracaso como gobierno es alarmante, indignante e Histórico.
Ahora estamos a la víspera de que se apruebe un nuevo Presupuesto de la República, en el cual se debe reducir la asignación al Poder Legislativo, judicial, FFAA, Ejecutivo, y otras instituciones que están sobrecargadas de empleados sin obligaciones puntuales ni experiencia en su área de trabajo.
Un presupuesto que nuevamente presenta un incremento, por motivos del mal manejo en las finanzas estatales. Con un gobierno que no piense correctamente en lo que se está administrando el dinero, difícilmente Honduras saldrá de la crisis económica y social que ha estado envuelto durante décadas. ¿Cuánto más esperaremos los hondureños en que alguien verdaderamente pensante lleve las riendas del país de una buena manera? Las elecciones están a la vuelta de la esquina, pero ¿Habrá entre ellos un candidato para solventar estas situaciones? La duda es muy grande.