EDITORIAL: Desesperación por conseguir comida
Escenas de desesperación se vivieron ayer en la capital hondureña, por conseguir comida, en momentos en que nos encontramos en una de las crisis sanitarias más grandes jamás vistas en el mundo y en Honduras.
Muchas personas viven momentos difíciles, al perder sus empleos debido a la pandemia, teniendo como consecuencia, que no puedan conseguir dinero para comprar alimentos y llevarlos a sus hogares. Ante esto son muchas las familias sufriendo por este problema.
Es por eso, que un grupo de políticos llevaron gallinas para regalarlos en una colonia de Tegucigalpa, pero sin medir las consecuencias drásticas que esto podría conllevar, ya que las personas se “amontonaron” sin importarles las medias de bioseguridad necesarias para evitar un contagio del COVID-19.
Al lugar llegaron hombres y mujeres cargando a sus hijos, implorando para que les dieran una gallina para cocinarla. Personas de la tercera edad, mujeres embarazadas, en fin, el desorden imperó en esa zona de la ciudad, por la urgencia que había de conseguir un poco de alimento.
Los habitantes de esta colonia capitalina, no tuvieron la culpa de la situación, en lo absoluto. Los que sí podrían llegar a ser señalados, son los promotores de la acción de regalar comida, ya que no supieron hacerlo de una manera ordenada, algo habitual de hacer las cosas en nuestro país.
En el otro escenario, tuvimos a las personas que asistieron en “masa”, con sus carros con aire acondicionado, a conseguir un poco de comida “chatarra” o comida rápida, para saciar su apetito, ya que estos restaurantes pudieron abrir, gracias a un acuerdo con el gobierno.
Es cierto que las personas que laboran en esos negocios tienen la necesidad de trabajar, pero existe la interrogante: ¿Cuál es la necesidad de comprar este tipo de comida? Si lo que más urge estar resguardados en casa y protegerse del virus. La apertura de estos negocios provoca caos, y un incentivo para que las personas salgan de su casa INNECESARIAMENTE.
Tenemos dos escenarios: uno de gente de escasos recursos consiguiente con URGENCIA un poco de comida, y el otro, personas de un poder adquisitivo más elevado, consiguiendo comida en lugares innecesarios de visitar, y que también están sometidas algún tipo de riesgo de contagio.
Es de saber que la pandemia llegó a un país desordenado e indisciplinado, que no sabe llevar los protocolos para atender una emergencia, por lo que, en el futuro, las consecuencias que podríamos sufrir, serían muy serias. Esperemos en Dios que no pase.