EDITORIAL: “El respeto a los poderes del Estado”

Honduras es un Estado republicano que tiene tres poderes: El Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los cuales son totalmente independientes y que se rigen cada uno por un titular, es decir, por un representante, que en conjunto, forman un país democrático que sigue un procedimiento para determinar su estructura organizativa.

Desde 1982, desde que se redactó una nueva Constitución, se han realizado elecciones para elegir a un representante del Ejecutivo, es decir, el presidente de la República. También, se eligen diputados para que estos, voten por su presidente dentro del Hemiciclo Legislativo; posteriormente estos congresistas, elegirán a un representante del Poder Judicial, el que hace cumplir las leyes mediante sentencias. Esto es la democracia.

Ahora, pasa que en Honduras, existe un pensamiento psicológico en la que dicta que el representante del Ejecutivo, o sea el presidente, es alguien que tiene la potestad de decidir sobre los otros poderes del Estado, es decir, ellos se sienten como reyes, o el pueblo siente que es como un rey al que se le debe hacer caso a TODO lo que dice. El presidente de la República, simplemente es un ciudadano más, que está sometido a las leyes.

Desde el Congreso Nacional, o sea el pueblo representado, se le puede someter a un juicio político al Ejecutivo cuando no sea capaz de gobernar. El poder Legislativo, tiene un poder tal, que es donde sus integrantes, votan para hacer importantes leyes, incluso las iniciativas de ley ejecutivas.

Hoy en día, en la situación de crisis en la que vivimos, se cree que la primer mujer presidente, es la que tiene la última palabra para todo, mostrando muchas veces una actitud dictatorial avalada por el pueblo, entrometiéndose en decisiones que solo competen a un poder del Estado. El problema en el Legislativo, los únicos que deben y tienen que resolverlo, son los diputados, ponerse de acuerdo en el diálogo como personas civilizadas, pero nada de eso pasa.

Los temores de que en el futuro se quieran abolir los poderes del Estado con una Asamblea Nacional Constituyente, parecen estar a la vuelta de la esquina, es decir, que la futura presidente, tenga el control absoluto del país, sin que existan poderes del Estado que controlen una nación republicana como lo hemos venido siendo. Se han estado rompiendo o violando leyes, a los que el pueblo es incapaz de ver por estar cegados de idolatría.

La única forma de reestablecer el orden democrático en Honduras, se basa en el respeto a la Constitución, a lo que dicta la Carta Magna, la Ley de Leyes, pero como ha pasado durante varias décadas, esas leyes no sirven para nada y son implementadas o interpretadas para aquellos que más convenga. Así que, para que tengamos un país ejemplo de democracia, hace falta tener respeto por los tres poderes del Estado.

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