EDITORIAL: La corrupción eterna en Honduras
Uno de los grandes flagelos que por décadas ha azotado grandemente a la nación hondureña, son los innumerables actos de corrupción que se cometen en todos los gobiernos de turno, aprovechándose de las circunstancias, sobre todo en tiempos de crisis, que ahí es cuando se aprovecha para agarrar una tajada del pastel que se reparte a diestra y siniestra.
Los partidos políticos que por siempre han estado al mando de la nación, sean estos el Partido Nacional y Liberal, son como un enorme tumor, que crece sin ningún tipo de control, llegando a convertirse en un cáncer terminal y maligno, que carcome al “pobre pueblo pobre”, que sufre las consecuencias.
Aquí no hay quien se salve. TODOS los presidentes que han estado gobernando el país, y más aun el actual, son cómplices y culpables de que el país se esté ahogando cada vez más. Son como garrapatas que chupan la sangre de su víctima. Absorben todo cuanto miran en el camino, es decir, devorando las arcas estatales, para ser usados en la compra de grandes casas y autos de lujo.
Ya es tiempo de el pueblo no confíe más en políticos que solo prometen y prometen y no hacen nada. ¿Cuántas veces han ofrecido el apoyo al sector salud, y nunca se ven los cambios que dijeron en tiempos de campaña política? Es de saber que la mayoría del presupuesto destinado a apoyar este sector fundamental ha sido descaradamente robado.
La corrupción en Honduras ha sido eterna. En el horizonte no se ve a NADIE que pueda sacar adelante al país. Necesitamos a alguien con verdaderos valores morales, amor al prójimo, don de servicio, y sobre todo con temor a Dios. Esa persona al parecer aún no ha nacido, lo que quiere decir que, por los momentos, los hondureños estamos sumidos, en la eterna corrupción.
Lic. Maradiaga
