EDITORIAL: “La revelación en Cuba y la crisis en Haití
Sin duda América Latina ha sido una de las regiones del mundo donde más se han vivido dictaduras a lo largo de los años. Esos gobiernos autoritarios, han implementado leyes duras a sus ciudadanos, buscando por sobre todas las cosas, quedarse en el poder el tiempo que sea posible. La avaricia, codicia, está a la orden del día en estas naciones tercermundistas y bananeras.
Un pueblo que ha sufrido esta situación es Cuba, soportando seis décadas de dictadura castrista, implementando una revolución en contra de lo que ellos siempre han llamado el imperialismo del norte. Este tipo de gobiernos, imponen leyes con puño de hierro, llevando a la ciudadanía a la hecatombe social.
Es por eso que el pueblo cubano, se ha revelado, y ha realizado marchas en contra del presidente Miguel Díaz-Canel, tratando de ponerle fin a tanto tiempo sin que el pueblo pueda elegir a sus autoridades. Esta situación, marca un antes y un después. Muchos dicen que lucharán hasta con su vida, por ver a una Cuba libre.
Por otro lado, la situación en Haití es caótica en el ámbito político, ya que la semana pasada, se dio el magnicidio en contra del presidente Jovenal Moise, a lo que hasta los momentos, no se sabe a ciencia cierta del por qué fue cometido este terrible acto, de la mano de una veintena de colombianos y un médico haitiano, a este último lo han arrestado en Miami, y lo consideran ser autor intelectual del hecho.
Estas situaciones podrían desencadenar un efecto dominó en las demás naciones que en estos momentos están siendo gobernadas por personas que se encarnan en el poder. Lo ocurrido en Cuba y Haití, es producto de las Republicas convulsionadas y colapsadas por la podredumbre de la corrupción.
El descontento popular por un Gobierno puede desencadenar situaciones de violencia. En Honduras, la problemática es cada vez más desesperante, en cuanto a los actos de corrupción que se han dado a conocer en lo últimos meses. La indignación y la impotencia por ver a políticos corruptos en la cárcel, puede desencadenar una revuelta social sin precedentes, tal y como vemos en los demás países de América Latina.