EDITORIAL: ¿Quien dijo miedo?

El presiden te de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández, resultó infectado del coronavirus hace unas semanas, real para muchos, farsa para otros, pero lo que si es cierto, es que ya salió del hospital donde estaba internado, y con la mano levantada, se mostró victorioso del infierno que supuestamente vivía. Los médicos dijeron que seguirá su recuperación en su residencia.

El presidente se dirigió a la nación a través de su cuenta de Twitter, y escribió una frase que ha dado mucho que hablar en la ciudadanía, “Mi compromiso con Honduras es más fuerte que nunca. ¡A trabajar! ¿Quién dijo miedo?”. Seguro una estrategia de imagen para tratar de levantar su imagen, tan desgastada por casi el 100 % de la ciudadanía.

¿Quién dijo miedo? Quizá el no tendrá miedo de lo que se enfrentará de ahora en adelante en su vida. Es claro que tiene todas las comodidades y seguridad, tanto alimentaria, como de salud. Cualquiera de sus miembros de la familia presidencial, tiene asegurado un trato especial, caso contrario de lo que pasa con el pueblo, que tiene “miedo” e incertidumbre de lo que le pueda llagar a pasar.

En los hospitales de Honduras no hay medicinas, carencia en los servicios de salud, no hay seguridad alimentaria para el más pobre. El desempleo se ha disparado producto de la pandemia que azota al país. ¿No es normal sentir “miedo” ante este panorama tan desalentador, donde cada hondureño debe cuidarse para no ir a una “carpa” o “toldo”?

También, el mandatario habla de un compromiso con Honduras. Tal vez es un compromiso de dientes, y no de corazón, porque si se tienen compromiso con algo, es ser leal y mostrar amor al que se sirve, que es al pueblo, el verdadero jefe al que un presidente debe rendirle cuentas. Hernández solo nos habla de que vivimos en el país de las mil maravillas, y que todo está bien.

Hoy, un pueblo clama por justicia. Pide que llegue el día en que el manejo de un país sea acorde a las necesidades básicas, y más aún en estos días, que urge la salud. Producto de la maldita corrupción, un pueblo sufre y tienen mucho “miedo”, porque ha sido abandonado.

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