EDITORIAL: “Toncontín si, Palmerola también”
Comienza el debate sobre si el aeropuerto Internacional de Toncontín de la ciudad de Tegucigalpa, capital de Honduras, quedará simplemente como un aeródromo con vuelos nacionales, donde solo operen aviones de bajo calado, y los más grandes, se mudarán al nuevo aeropuerto de Comayagua, el majestuoso Palmerola.
La idea de construir un aeropuerto que albergue vuelos con aerolíneas de prestigio, y que sobretodo sea más seguro, surgió por el accidente de la aerolínea Taca el 30 de mayo de 2008, cuyo avión se salió de la pista por haber aterrizado casi en medio de ella, provocando la muerte de cinco personas.
Luego de este percance, el aquel entonces presidente Manuel Zelaya Rosales, cerró el aeropuerto, dejándolo solo para vuelos locales, lo que originó considerables pérdidas en la industria hotelera, y haciendo que muchos empleos, tanto directos e indirectos, se perdieran de un zarpazo.
La decisión de dejar al aeropuerto solo para vuelos locales, no es compartida por muchos, principalmente por las autoridades del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), ya que por el cierre, se volvería a revivir el caos de hace 13 años. Solo es de imaginarse la tremenda incomodidad y el tránsito vehicular que a diario se miraría por la carretera.
Se debería pensar en la prosperidad como país, es decir, tener un gran aeropuerto que sin dudas hará crecer la ciudad de Comayagua, y por otro lado, que los capitalinos continúen con su aeropuerto, operando sin ningún inconveniente. Honduras crecería en cuanto a inversiones se refiere, ya que en las dos ciudades, continuarían llegando turistas y personas interesadas en negocios.
La ciudadanía podría manifestarse en contra de esta decisión, ya que desde hace 100 años, Toncontín ha sido muy importante para Tegucigalpa, y sobre todo, escenario de la llegada de grandes personalidades a nivel mundial. Esperemos que el aeropuerto capitalino, tenga otra oportunidad.