EDITORIAL: Una apertura inteligente, no tan inteligente

Desde el pasado lunes, la población hondureña está tratando de regresar a la vida que una vez tuvo, debiendo afrontar una realidad que no estaba presupuestado para este año. La ciudadanía se tendrá que proteger de un enemigo invisible, y que puede llegar a ser dañino para la salud de cada persona.

En esta reapertura inteligente que fue lanzada por el gobierno, se pretende que los comercios vuelvan a funcionar. Esto para generar flujo de efectivo en beneficio de la ciudadanía en general, algo que se venía solicitando desde hace muchos días, por parte de la cúpula empresarial.

Pero resulta que esta nueva normalidad, no ha sido la más inteligente por parte del pueblo se han visto escenas que dejan mucho que desear, que provocan asombro, tristeza y preocupación, ya que el transporte público comenzó a funcionar sin que se diera una ordenanza por parte de las autoridades. Imágenes de buses repletos de personas, fueron vistas en el norte del pais, principalmente en la ciudad de San Pedro Sula, lugar epicentro de la pandemia en Honduras.

Esto, por supuesto, es un foco de contaminación de grandes proporciones, ya que el trasporte público se encuentra en la línea roja de contagios. Para la entrada en vigor de la reapertura económica, se requería que la población contribuyera un poco, pero parece que, hacer conciencia en las personas, es una tarea difícil de lograr.

Es evidente que, así como la cuarentena se esta relajando, las autoridades policiales también se relajan, pues no se hacen los operativos respectivos para detectar este tipo de faltas, que resultan ser un atentado al ciudadano. Es por eso por lo que, en el trascurso de los días, podríamos ver un repunte o rebrotes de la enfermedad en nuestro territorio, obligando a volver al encierro y a poner la economía en precario.

Desgraciadamente, el regreso a las actividades llegó en momentos cuando los hospitales públicos y privados se están llenando de pacientes. Ante esta situación nos preguntamos, ¿dónde irá toda esta gente que se está contaminando? ¿Miraremos escenas nefastas de gente muriendo en la calle por falta de atención médica y un hospital? La medida de desconfinamiento no se tomó con inteligencia por parte del gobierno.

Cada uno de los ciudadanos debe ser muy inteligente en esta reapertura económica. Creer en que hay una enfermedad que puede poner en peligro su vida y la de su familia. Es verdad que la desesperación por trabajar o salir de casa es muy grande, pero para eso, se debe adoptar medidas de bioseguridad que estarán vigentes por muchos años, hasta que la ansiada vacuna, aparezca en el horizonte.

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