EDITORIAL: Zapatero a su zapato

Las personas que ostentan cargos públicos en un determinado Estado, se supone que están preparadas en el puesto en que se desempeñan. Por ejemplo, El ministro de Agricultura; es un ingeniero agrónomo, en el puesto de finanzas; un economista, en educación; alguien que en su carrera profesional ha estado ligado al gremio magisterial, o que tenga título de maestro, preferiblemente.

En Honduras, es de saber que los puestos en el Gobierno son a conveniencia, y no tienen ni el más mínimo conocimiento del cargo que desempeñan. Para el caso, el Ministerio de Salud de Honduras, es manejado por una persona que no es médico, solo es una profesora de educación media, estamos hablando de la Sra, Alba Consuelo Flores.

Ella está manejando una crisis de salud sin precedentes en Honduras, como lo es la pandemia del coronavirus, la cual ya ha dejado cientos de muertos. La incompetencia de la señora Flores, se ve a simple vista, ya que el manejo de la enfermedad es mal manejada, sumado a la corrupción del Gobierno central.

Todas los consejos o las propuestas que han dado a conocer los profesionales de la salud no han sido tomadas en consideración por parte de la “profe”. Como siempre, el Poder Ejecutivo buscando sus maneras de hacer sus movidas, para que de esa manera, se pueda seguir robando.

Otra persona que está bajo el control de la crisis sanitaria es el Sr. Lisandro Flores Rosales, que ostenta el cargo como comisionado presidencial para la atención de la pandemia, y no es profesional de salud. Esto representa una burla hacia el pueblo, donde el “COMPADRAZGO” se refleja en cada acción gubernamental, algo que siempre ha estado presente en puestos estatales. Como dice el popular dicho, “zapatero a su zapato”, porque de lo contrario, los resultados en estos puestos seguirán siendo mediocres.

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