El hondureño Ricardo Zúñiga, enviado especial de Biden, visita por segunda vez El Salvador
El enviado especial del Gobierno de Estados Unidos para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, visitará a El Salvador entre este lunes y el miércoles en medio de la crisis política que vive el país centroamericano por las recientes destituciones de jueces de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y del fiscal general.
En un breve comunicado divulgado este lunes, el Departamento de Estado de EE.UU. subrayó que Zúñiga se reunirá durante su visita con miembros del Ejecutivo salvadoreño, así como con representantes del sector privado para discutir “áreas de interés mutuo”, como el “fortalecimiento de la gobernanza democrática y el respeto de los derechos humanos”.
Asimismo, agregó, tratará “la lucha contra la corrupción” y analizará “oportunidades económicas para dar solución a las causas de base de la migración”.
La pasada semana, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, afirmó que su país evalúa una respuesta a los acontecimientos en El Salvador, a la vez que remarcó que un Poder Judicial independiente “es crucial” para una democracia sana y una economía fuerte.
Harris fue encargada por el presidente estadounidense, Joe Biden, como máxima responsable de la Casa Blanca sobre inmigración y relaciones con los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras).
El Salvador se ha adentrado en una crisis política desde que el oficialismo tomara a principios de mes las riendas del Parlamento para el nuevo periodo 2021-2024 y, como primera acción, votara la destitución de los magistrados con los que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, tuvo enfrentamientos durante el último año, lo que ha sido criticado como un golpe al sistema de separación de poderes.
Tras conocerse la destitución, la Sala de lo Constitucional emitió un fallo declarando inconstitucional la votación en su contra, acción que diversos abogados consideran que anula la votación.
La ONU y la Unión Europea ya han expresado su inquietud por lo que acontece en El Salvador, sumándose a la preocupación manifestada por la Organización de Estados Americanos (OEA).