El plasma sanguineo de personas recuperadas podría ser una medicina contra el COVID-19
Cuando se encuentran anticuerpos en la sangre, significa que la persona analizada estuvo contagiada y que ahora cuenta con defensas moleculares para combatir el virus que le enfermó, proceso conocido como inmunidad.
En teoría, los doctores podrían transferir esos anticuerpos a los contagiados del mismo virus, a fin de que dichas proteínas ayuden en su cura.
Se trata de una terapia que ya ha sido probada antes, en otras crisis.
Precisamente, Arturo Casadevall, profesor de la Escuela de Salud Publica Bloomberg de Johns Hopkins, asegura que este proceso “fue usado en la epidemia de gripe de 1918, así como en muchos brotes de paperas, poliomielitis y sarampión a principios del siglo XX, y se usó también recientemente en la epidemia de SARS de 2003”.
Este tratamiento, conocido como terapia de plasma convaleciente, está ganando terreno en un escenario en el que aún no se tienen alternativas para tratar el COVID-19.
Aunque la seguridad y eficacia de este procedimiento no han sido establecidas a través de ensayos clínicos -el mayor de los estándares-, hay pruebas preliminares realizadas en China que muestran resultados alentadores.
De igual manera, en marzo la Administracion de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su siglas en inglés) empezó a permitir que los médicos trataran a algunos pacientes con el plasma de sangre de los que se han recuperado del nuevo coronavirus.
El Mount Sinai de Nueva York es uno de los hospitales que ya prueba el plasma convaleciente en pacientes con COVID-19 que resultan aptos para el procedimiento.