Emergencia de COVID-19 da un respiro al planeta
El coronavirus, COVID-19 , está generando miedo y confusión, sea una exageración o no, pero también está dejado varias lecciones a lo largo de su expansión. Una de ellas nos la brindó recientemente la NASAtras la publicacion de unas imágenes en las que se muestra un descenso de lo más notable en los índices de polución que genera China, de largo, el país más contaminante del planeta.
La paralización de la actividad en Wuhan y otras ciudades ubicadas en los alrededores ha provocado un estancamiento en la productividad, en la actividad de las fábricas y en el transporte, hecho que está impactando muy positivamente en la atmósfera.
Son varias las conclusiones que se pueden sacar de esta situación: que la superproducción mundial es insostenible, en este apartado China manufactura un 20 por ciento de los productos que se consumen en el mundo – por poner en perspectiva, España produce un 2 por ciento; y que la superpoblación a la que va destinada esta superproducción es literalmente inaguantable.
Los seres humanos somos la especie mamífera más numerosa de la Tierra en toda la historia, con unas cifras que rondan los 7,5 y 7,6 mil millones de personas y China se lleva la palma con casi un 18,6 por ciento de la población mundial (casi 1,4 mil millones) en su basta extensión.
Los niveles de contaminación generados por el gigante asiático suponen un 16,2 por ciento de las emisiones mundiales de metano (1.600 millones de toneladas) y un 14,5 por ciento de las emisiones de óxido de nitrógeno N2O (410 millones de toneladas) en 2018, según la Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos PBL (PBL NEAA). Su contribución al calentamiento global es parte de los efectos secundarios ‘necesarios’ para mantener el ritmo consumista de su propio país y el mundo entero.