«Leamos el Evangelio en la pantalla del teléfono móvil»

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Corresponsal en El Vaticano
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Recordando el punto de referencia central, el Papa Francisco ha exhortado este domingo a leer «algún versículo de la Biblia cada día. Comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en el bolsillo, leámoslo en la pantalla del teléfono móvil, dejemos que nos inspire diariamente».

En la misa del primer Domingo de la Palabra de Dios, instituido como colofón a la semana de plegaria por la unidad de los cristianos, el Papa ha afirmado que «el Señor te da su Palabra, para que puedas aceptarla como la carta de amor que escribió para ti, para hacerte sentir que está a tu lado». Esa Palabra «nos consuela y nos anima; provoca la conversión, nos sacude, nos libera de la parálisis del egoísmo».

Francisco ha comenzado su homilía recordando que Jesús comenzó su predicación con una frase muy simple: «Convertíos porque está cerca el reino de os cielos», y que lo hizo desde una región remota y poco apreciada, la Galilea de los gentiles, «donde vivían pescadores, comerciantes y extranjeros: ciertamente no era el lugar conde se encontraba la pureza religiosa del pueblo elegido».

El Papa ha subrayado que «sin embargo, Jesús comenzó desde allí: no desde el atrio del templo en Jerusalén, sino desde el lado opuesto del país, desde la Galilea de los gentiles, desde un lugar fronterizo, desde una periferia».

Jesús se dirigió en primer lugar a pescadores, «no a personas cuidadosamente seleccionadas en base a sus habilidades, ni a hombres piadosos que estaban en el templo rezando, sino a personas comunes y corrientes que trabajaban».

Eso significa que «hoy, como entonces, Dios desea visitar aquellos lugares donde creemos que no llega. Cuántas veces preferimos cerrar la puerta, ocultando nuestras confusiones, nuestras opacidades y dobleces. Las sellamos dentro de nosotros mientras vamos al Señor con algunas oraciones formales, teniendo cuidado de que su verdad no nos sacuda por dentro. Y esto es una hipocresía escondida».

Poco después, en la plegaria del Ángelus con decenas de miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el Papa ha manifestado que reza «por las personas enfermas a causa del virus que se ha difundido en China. Que el Señor acoja a los difuntos en su paz, conforte a las familias y sostenga el gran esfuerzo puesto en marcha para combatir la epidemia».

Recordando que este lunes es el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, Francisco ha afirmado que «ante esta inmensa tragedia, ¡esta atrocidad!, no es admisible la indiferencia, y es un deber la memoria. Hagamos mañana un momento de plegaria y recogimiento, diciendo cada uno en su corazón: ¡Nunca más!».

El Papa ha saludado a los numerosos españoles presentes en la plaza, «en particular a los peregrinos de Valencia, Salamanca, Burgos, Santander y Valladolid, y a los estudiantes y educadores de Murcia, Cuenca, Badajoz, y a los de Panamá».

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