Turquía, ante la incógnita del coste político del seísmo de hace un mes
Un mes después de los terremotos que han dejado 46.000 muertos en Turquía, el país sigue haciendo balance de los daños y del coste político que la gestión de la tragedia puede tener para el presidente, Recep Tayyip Erdogan, de cara a las elecciones de esta primavera.
Pese a que ya se han iniciado los primeros trabajos para edificar decenas de miles de nuevas viviendas en las 11 provincias afectadas por los seísmos del 6 de febrero, la gigantesca tarea de quitar los escombros apenas ha comenzado, mientras siguen sin hogar cientos de miles de personas, situación que supone un desafío para los organizadores de los comicios generales.
EL SURESTE, HUNDIDO EN ESCOMBROS
Así, la ciudad de Antioquía, la más devastada por los temblores, prácticamente presenta aún el mismo aspecto de aniquilación que tuvo inmediatemente después de los fuertes terremotos que la asolaron, salvo algunas calles principales de las que las excavadoras han retirado escombros para facilitar el tráfico.
Pero el casco histórico está aún enteramente cerrado a los viandantes, con cascotes taponando todas las calles que se adentran en esta parte centenaria de la ciudad.
Apenas algunas cintas de la policía indican que está prohibido aventurarse entre los edificios y en algunas partes hay vigilantes para disuadir a quien lo intente.
El peligro es real: cualquier réplica, por modesta que sea, puede derribar un inmueble dañado, como ocurrió ayer domingo en la ciudad de Sanliurfa, donde un bloque de seis plantas al lado de una calle transitada se desplomó de repente.
Los cascotes solo causaron heridas leves a un transeúnte, pero el incidente suscitó críticas al Ayuntamiento por no haber demolido aún el edificio, pese a que estaba categorizado como gravemente dañado y destinado a derribo.
En total, según informó ayer el ministro de Urbanismo, Murat Kurum, 227.000 inmuebles en la región han sido clasificados como derrumbados o sujetos a demolición urgente para evitar peligros, aunque no especificó si esta cifra es definitiva.
La institución pública del seguro obligatorio contra terremotos DASK dio a conocer hoy que ha recibido ya 327.000 informes de inmuebles perjudicados y que ha pagado sumas por valor de 2.050 millones de liras, equivalentes a unos 100 millones de euros.